Julieta Klimczyk | Buenos Aires, Argentina
Hoy celebramos que un 15 de mayo de 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas comenzó a darle un valor insustituible a la Familia. Desde entonces, la comunidad internacional puso en agenda de todos a esta entidad natural. El objetivo es contribuir al desarrollo de una mayor conciencia sobre la necesidad imperiosa de fortalecer los lazos de las familias y de este modo, contribuir al mejoramiento de la calidad humana de las instituciones y comunidades.
La ONU desde entonces y con razón, considera que proteger esta primera célula social básica y defenderla a través de la creación de políticas públicas, debe ser siempre una prioridad de cualquier Nación prospera. Y que seguirá creciendo en la medida que crezca su protección y amparo.
Por el contrario, cuando se desintegra o se debilita el núcleo familiar, la sociedad en su conjunto cae en graves dificultades: diversas encuestas internacionales permiten apreciar la relación existente entre el aumento de la marginalidad y la delincuencia y el debilitamiento de los lazos dentro de una familia. A su vez, se ha logrado demostrar a través de estudios, la influencia que tiene el grado de vínculo y pertenencia a una familia sana y estable, sobre el rendimiento escolar de los niños.
Este día tan especial nos invita a reflexionar sobre la importancia del rol de la familia en la sociedad y del compartir tiempo con nuestros seres más queridos. Compartir tiempo de calidad es sumamente importante para fortalecer y estrechar los lazos de afecto, disminuir las tensiones diarias y afianzar la confianza en nuestro circulo más directo.
El tiempo de calidad es tan simple como nos lo recuerda el Cambridge Dictionary: “Tiempo que pasas con alguien, prestándole toda tu atención porque valoras la relación”. Y para lograrlo, expertos y especialistas recomiendan diferentes prácticas tales como:
Como toda relación, la familia unida necesita trabajar para lograrlo y ser nutrida todos los días. El dialogo sencillo y sin complicaciones ayuda a permanecer sólidos con el paso del tiempo y así enriquecer el estilo de vida familiar. Y a pesar de todos los ataques ideológicos que en los últimos tiempos recibe, les propongo miremos a la Familia con esperanza y optimismo. Anhelando que las nuevas generaciones opten por vínculos duraderos, y forjen a partir de ellos familias sólidas y prósperas.
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*Las ideas aquí expresadas pertenecen al autor del artículo y no necesariamente son las de la Fundación Rioplatense de Estudios.