José Ponte Rangel | Buenos Aires, Argentina
Celebramos 32 años de la caída del Muro de Berlín, un hecho que marcó un antes y un después en el mundo. El modelo socialista había quedado al descubierto y el mundo confirmaba lo que se sospechaba: el atraso, la miseria, el hambre, y, sobre todo, la falta de libertad eran moneda corriente en la República Democrática Alemana, de donde los ciudadanos escapaban a diario. Habiendo advertido la pérdida de población, el régimen comunista construyó el muro para encerrar a la población. Más de 600 personas fueron asesinadas a sangre fría por soldados de la RDA en el Muro de Berlín.
Tres décadas y monedas después, vemos países de América Latina donde el modelo socialista sigue vigente, repitiendo la historia de la RDA. En Cuba, Nicaragua y Venezuela se han consolidado regímenes ilegales e ilegítimos, con las mismas consecuencias que aquellas del comunismo en la Alemania soviética. Así como la Unión Soviética construyó el muro para que los ciudadanos no se escapen, hoy la izquierda “ilustrada” latinoamericana se encarga de construir un muro discursivo para ocultar los horrores y las violaciones a los Derechos Humanos ocurridos en estos países.
Por su parte, la ciudadanía cubana saldrá a marchar una vez más, el próximo 15 de noviembre, en oposición a un régimen opresor que en 60 años no ha llevado más que pobreza, hambre, corrupción, tortura y muerte a la isla. Sin dudas, el pueblo cubano ha sido la principal víctima de la izquierda ilustrada de América Latina. Desde la comodidad de Buenos Aires, Ciudad de México, Madrid, Montevideo, Nueva York y París, los exponentes de esta supuesta intelectualidad se han dedicado a consolidar un relato que justifique las atrocidades de la dictadura castrista.
El principal argumento para explicar el fracaso del régimen es el de un supuesto bloqueo económico por parte de Estados Unidos, que no existe. Me gustaría preguntar en algún aula de la Universidad de Buenos Aires, donde un profesor de la izquierda “ilustrada” se encarga de repetir que Cuba es víctima de Estados Unidos y que Fidel Castro era un revolucionario y no un asesino: ¿Qué relación existe entre un bloqueo económico y la falta de libertades ciudadanas? ¿Por qué los cubanos para salir del país tienen que pedir permiso al Estado? ¿Por qué en Cuba hay un solo partido político? ¿Por qué no hay medios de comunicación libres? ¿Por qué el cubano que se queja del hambre es tildado de traidor a la patria? Por supuesto, si pregunto esto probablemente seré tildado de empleado de la CIA.
Hablemos ahora de la falacia del bloqueo económico a Cuba. Cuba tiene uno de los desarrollos turísticos más importantes del Caribe, con hoteles de la cadena NH Hoteles y Meliá, de capital español, con un detalle: el Estado cubano es dueño del 50% de todas las inversiones hoteleras en la isla, aun cuando no haya aportado un dólar. Solo por estar en el territorio, el 50% es automáticamente del Estado. Sería bueno preguntarse: ¿dónde está el dinero?
En el año 2017, 965.000 canadienses visitaron Cuba. En Canadá, la dictadura cubana tiene oficinas turísticas en Ottawa, Montreal, Toronto y Vancouver, desde donde vende diversos paquetes turísticos a la isla, en dólares por supuesto. Por otro lado, hacia Cuba vuelan aerolíneas de todo el mundo: Iberia, Air Europa, Air France, Air Canadá, Copa, entre otras. Además de estas, hay vuelos directos desde Miami a la Habana con las aerolíneas Jet Blue, Southwest Airlines y American Airlines. Entonces, ¿cuál es el bloqueo?
Podemos ver otro ejemplo más cercano, que deja en evidencia la mentira de la izquierda “ilustrada” latinoamericana. Uno de los rones más conocidos, el Havana Club, es distribuido por la empresa francesa Pernod Ricard y se puede conseguir en cualquier bar y supermercado del mundo. Si buscamos una botella de este ron y leemos su etiqueta, podremos ver un dato muy curioso que desnuda años de propaganda: “Hecho en Cuba”. El Ron Havana Club es de una empresa cubana, que hace ron en Cuba y los exporta a todo el mundo. ¿Dónde está el bloqueo?
La izquierda latinoamericana, en las aulas, los libros, los programas de televisión y en eventos, nos ha vendido por años que en Cuba hay un bloqueo económico, mientras que una empresa del Estado cubano exporta ron a todo el mundo. ¡Hemos sido engañados!
Es necesario y urgente que los ciudadanos latinoamericanos derrumbemos los muros ideológicos y culturales construidos por la izquierda, al igual que hicieron los alemanes aquel 9 de noviembre de 1989, y dejemos en evidencia los crímenes cometidos, de los que ellos son cómplices. Hoy los regímenes socialistas en América Latina están siendo llevados adelantes por criminales, asesinos, ladrones y dictadores, no podemos permitir que romanticen sobre revoluciones mientras violan los Derechos Humanos.
¡Tumbemos el muro!
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*Las ideas aquí expresadas pertenecen al autor del artículo y no necesariamente son las de FREE.
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